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¿Qué es el glaucoma?

El glaucoma es una enfermedad visual que se caracteriza por la lesión progresiva del nervio óptico del ojo. Si no se diagnostica y se trata a tiempo, puede provocar una pérdida visual severa. En nuestro medio, es la segunda causa más frecuente de ceguera.

El nervio óptico es como un cable formado por millones de fibras. A través de estas fibras, conocidas como células ganglionares de la retina, las imágenes viajan hasta el cerebro. La lesión progresiva de estas células provoca la aparición en el campo visual de manchas negras inicialmente periféricas.

1. ¿Quién tiene más riesgo de sufrir glaucoma? Aunque cualquier persona puede sufrir un glaucoma, se conocen varios factores de riesgo que aumentan las posibilidades de sufrir la enfermedad:

– Edad: a partir de los 40 años tenemos más riesgo de sufrirlo.

– Presión intraocular: su aumento es el factor de riesgo más conocido y el único que podemos tratar.

– Antecedentes familiares: las personas con padres o hermanos afectos de glaucoma tienen mayor riesgo. – Raza: las personas de raza negra tienen mayor riesgo de padecer la enfermedad.

– Traumatismos oculares: los pacientes con un traumatismo ocular severo tienen riesgo de sufrir glaucoma incluso años después del mismo.

– Corticoides: usados de forma continuada pueden provocar un aumento de la presión intraocular y causar glaucoma.

2. ¿Qué síntomas puedo notar? En la mayoría de casos, el glaucoma no da ningún síntoma en las fases iniciales de la enfermedad. La consulta más frecuente en un paciente con glaucoma es la pérdida de agudeza visual. Cuando esto ocurre el nervio óptico del ojo presenta un deterioro moderado o severo, que además es irreversible.

3. ¿Cómo se diagnostica? Para descartar la existencia de un glaucoma, además de una exploración oftalmológica básica, se requerirá pruebas específicas para valorar el estado estructural y funcional del nervio óptico del ojo. Actualmente, contamos con diversas pruebas que nos facilitan el diagnóstico y el seguimiento de la enfermedad:

– Tonometría o medida de la presión intraocular. – Campimetría: para valorar la presencia de manchas o escotomas en el campo visual.

– Retinografía: las fotografías seriadas del nervio óptico nos permiten valorar las modificaciones que el glaucoma puede provocar.

– Pruebas estructurales OCT, HRT, GDx: nos permiten cuantificar las alteraciones que el glaucoma produce sobre el nervio óptico.

4. ¿Cómo se trata? En la actualidad, tenemos a nuestro alcance múltiples tratamientos para el manejo de los pacientes que padecen un glaucoma que incluyen gotas, láser o cirugía. Estos tratamientos no son excluyentes entre sí y en algunos pacientes será necesario utilizar algunos de ellos para controlar la progresión de la enfermedad. En la mayoría de los casos iniciamos el tratamiento con gotas. El glaucoma es una enfermedad crónica y por tanto el uso de las mismas no debe abandonarse. Si la enfermedad no está bien controlada con los colirios o el paciente no los tolera valoramos los tratamientos con láser y/o cirugía.

5. ¿Qué puedo hacer para prevenirlo? El glaucoma es conocido como "el ladrón silencioso de la visión" porque hasta que la lesión del nervio óptico no es severa la enfermedad no da síntomas de alarma. Por eso la mejor prevención para el glaucoma es una detección precoz. Así, se recomienda una exploración oftalmológica completa anual a todas las personas a partir de los 40 años para descartar la presencia de la enfermedad, especialmente si presentan alguno de los factores de riesgo anteriormente citados.

6. ¿Quién me puede diagnosticar y tratar el glaucoma?

Dr. Jorge Loscos. Dra. Silvia Sanz

 

Tonometria, campimetria i imatge de papil·la

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